El profesor ideal
Un buen profesor ha de poseer unos requisitos básicos de entre los que yo destacaría tres. Ha de poseer un conocimiento suficiente de la lengua que le permita comunicarse con soltura. Ha de ser, así mismo, capaz de enseñar la lengua en relación con la cultura y el contexto para permitir a sus alumnos desenvolverse en situaciones reales. Igualmente y como elemento muy importante, ha de tener una formación específica en la enseñanza de esta lengua, que le permitirá tener conocimientos, técnicas y recursos.
Un buen profesor ha de ser un facilitador que capacite al alumno para asumir la responsabilidad de su aprendizaje. Para ello ha de conocerlo bien, sus gustos, su cultura. Ha de saber cómo motivarle y situarlo en el centro del proceso.
Ha de ser flexible, entender una clase como un espacio social y diverso, en el que es muy importante la empatía, la inteligencia emocional, la innovación y la creación del ambiente apropiado.
Un buen profesor ha de enfocarse hacia él mismo, hacia su alumno o clase y hacia sus colegas: Hacia él mismo, asegurándose una formación continua y sistemática, tanto en los conceptos como en metodologías y técnicas de motivación, de dinámicas de grupo, de nuevas herramientas tecnológicas ... . Ha de ser capaz de realizar autocrítica al terminar cada clase, apuntar qué ha ocurrido para mejorarlo, ha de realizar por tanto una reflexión crítica.
Hacia el alumno, haciendo que su objetivo, su creencia, sea siempre coherente con el método que utiliza. La relación entre profesor y alumno ha de ser una simbiosis, yo te enseño, tu me enseñas. Basándose en una gran capacidad de improvisación, los alumnos son diferentes no sólo entre sí, sino a ellos mismos cada día.
Hacia sus colegas, un buen profesor es aquel que comparte, que crea comunidad. Él mismo ha de saber trabajar en equipo.
Como resumen el camino del buen profesor es un proceso cíclico de reflexión, planificación, acción y observación. Y en su conjunto un buen profesor debe aplicar en su trabajo unos porcentajes de planificación de la clase, gestión de la misma, innovación y creatividad, afectividad y optimismo, capacidad de improvisación y reflexión crítica, que tendrá que ir modificando en función de cómo evolucionen sus alumnos.

Qué buena reflexión Ana! Gracias por compartirla
ResponderEliminarGracias a ti Ana por leerme. Un placer haber trabajado contigo en el documento, me ha enriquecido muchísimo.
ResponderEliminarMuy bien elegidas y argumentadas las características, muy bien expresado, con claridad y precisión ¡y además con una ilustración preciosa!
ResponderEliminarMuchas gracias Teresa, las ilustraciones me ayudan muchísimo para fijar los contenidos de cada sesión y para poder volver a él rápidamente y que no se me olvide ¡nada!
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